
¡Ah... el amor…!
Hay sentimientos por
no decir sentires, que son muy hondos, que anidan en lo más recóndito del
corazón; cuando quieren expresarse con
las torpes palabras, te sientes incapaz de comunicarlo, no atinas a encontrar
la expresión adecuada, la frase idónea; y todo porque el lenguaje que usa el
corazón es distinto al que usamos para
comunicarnos. No es posible la conexión de esos sentimientos con la
manifestación externa, por medio de la palabra y los gestos, son idiomas
distintos, canales distintos…
Cuando hablamos de
algo que los seres humanos llamamos amor lo único que solemos hacer por la
imposibilidad, es balbucear, como hacen los niños cuando están comenzando a
dominar el lenguaje.
El amor verdadero,
el sentimiento amoroso, nace en una fuente misteriosa que se halla instalada en
el fondo del corazón, e intenta derramarse al exterior para invadir a la
persona que se ama, como una especie de catarata que inunda al otro, que empapa
al otro…
Bueno creo que no
he sido capaz de expresar lo que siento, me he quedado en un vago intento,
tosco y rudo.
Otra vez será, por
lo menos lo he intentado.
AUTOR: Florentino Gómez Martín
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