REALIZADO POR JUAN SAÚL SALOMÓN 3º B IESO LOS BARRUECOS
MALPARTIDA DE CÁCERES.
Cuadro pintado en temple sobre tabla entre 1430 y 1435 para
la iglesia del convento de Santo Domingo de Fiesole (Italia), actualmente se conserva en el Museo del Prado de Madrid.
Vendida por los frailes a Mario Farnese en 1611 para
sufragar los gastos de la construcción del campanario de la iglesia, poco después
este príncipe italiano la enviaba como regalo al valido del rey Felipe III, Francisco
Gómez de Sandoval, duque de Lerma. Aunque la pieza se depositó en la
Iglesia de los dominicos en Valladolid (Iglesia conventual de San Pablo),
panteón de la Casa de Lerma, poco después se remitía al Convento de las Descalzas Reales de Madrid, donde se conservó
hasta mediados del siglo XIX.
Precisamente en su claustro alto la descubriría el pintor Federico Madrazo,
a la sazón director del Museo del Prado, quien, tras no pocas gestiones
conseguía que el rey consorte don
Francisco de Asís se
interesara por su traslado al Prado, consintiendo la priora del monasterio, que
recibió a cambio otra Anunciación pintada por el propio Madrazo.
Remitida al Museo como donación real el 16 de junio de 1862, desde ese momento se ha constituido en
una de sus piezas más relevantes y conocidas.
¿QUÉ MUESTRA?:
Desarrolla el tema de la Anunciación, tal como aparece narrado en el Nuevo
Testamento, (Lc. 1,26-38), mostrando la escena en un pórtico de
mármol abierto, all’aperto,
que recuerda al Hospital de los Inocentes, construcción de un coetáneo de Fray
Angélico como Brunelleschi, con arcos de
medio punto que descansan sobre finas columnas blancas. Tiene bóvedas de
arista, de color azul celeste sembrado de pequeñas estrellas de oro. En la
fachada del pórtico hay un medallón con la figura de Dios
Padre en grisalla. Al fondo del pórtico hay un cubículo con un
banco.
El pórtico es de mármol, La Virgen está situada a la derecha. Parece
que ante la llegada del ángel ha suspendido la lectura del libro que ahora
mantiene sobre el regazo. Tanto ella como la figura del ángel, son dos
personajes rubios, de blanca piel y de manos finas y alargadas. La Virgen lleva
una túnica de color rosado y un manto azul ultramar. El ángel está vestido con
un traje de color rosa con franjas de oro, ceñido a la cintura, que cae en
grandes pliegues hasta los pies.
Se encuentra en un jardín, hortus conclusus, representación del Paraíso. En el ángulo
izquierdo de la pintura se ven las manos de Dios y de ellas sale un rayo de luz
dorada que viene recto hacia la derecha, en el que viaja la paloma del Espíritu
Santo. El vergel que
hay delante del pórtico está cuajado de florecillas y tiene una espesa
vegetación con algunos árboles entre los cuales puede verse a dos personajes: Adán y Eva, en este caso vestidos con pieles. Su
expresión es de sumisión y de arrepentimiento. Representa en conjunto la
escena, el principio y el final del pecado, los primeros padres y la salvación del hijo
de María. Un ángel vigila detrás de ellos que abandonan el Paraíso.
¿A QUÉ
PERÍODO ARTÍSTICO PERTENECE?:
Se trata de una obra realizada alrededor del año 1430, es decir, en un momento de transición
entre la pintura gótica y el renacimiento.
De la época medieval quedan rasgos como la
minuciosidad propia de la miniatura,
como puede verse en la flora delante
de Adán y Eva, en las detalladas alas del ángel o en su halo dorado. La luz
y el color son ya renacentistas, así como la austeridad de la arquitectura. Esto
ha hecho dudar a algunos investigadores sobre la autoría de la obra. En efecto,
parece posterior a Fra Angelico. Si la comparamos con las otras Anunciaciones
conocidas de mano de Fra Angelico, esta resulta desconcertante por dos cosas:
la minuciosa y perfeccionista técnica utilizada y la falta de espiritualidad
del rostro de María, que más bien parece una cortesana del siglo XV. German
Bazin publicó en París una importante monografía de Fra Angelico en 1941. Bazin
atribuye la tabla del Prado a un alumno de Fra Angelico llamado Zanobi Strozzi
(1412-1468), haciéndose eco de una atribución anterior a este autor por Van Marle.
Actualmente la crítica no cuestiona la atribución a Fra Angelico, pero el
perfeccionismo del estilo, incluso la ausencia de un profundo sentimiento
religioso, que sí puede apreciarse en las obras autógrafas de Fra Angelico,
deberían reabrir el debate. Si el autor no fuera Fra Angelico, debería ser
alguien más capaz que Strozzi, que hubiera querido "perfeccionar y
corregir la obra del maestro" (German Bazin).
¿CÓMO SE CONSERVA?:
La obra se conserva en condiciones razonables para su antigüedad. La
tabla principal y la predela subsisten unidas en un marco de relieve
ajedrezado pintado en azul y rojo, que puede ser el original del siglo XV. Se
ha conjeturado que el retablo pudo completarse con columnas o imágenes
verticales a los lados, ahora desconocidas.
La capa pictórica se conserva bastante bien. El daño más relevante es
una grieta vertical que cruza la imagen principal desde arriba, sobre las alas
del ángel. Actualmente se halla rellenada y disimulada con toques de color.
No hay comentarios:
Publicar un comentario